viernes, 13 de diciembre de 2019

Las dos Vidas del Capitán, de Mari Pau Domínguez

                


Aquí estamos, mientras los calores del verano se disipan de  la península y ya viene el frio.  ¿Y qué mejor forma de soportar estas temperaturas que con una novela histórica basada en un heroico pero casi desconocido personaje llamado don Diego de Alvear y Ponce de León?

Esta figura histórica, que ha pasado injustamente sin pena ni gloria por los anales de las crónicas españolas, fue un personaje de lo más interesante. Un joven apasionado e impetuoso, cultísimo, que hablaba sin problemas latín, inglés, francés, portugués e italiano, además de dos lenguas indígenas que aprendió en su odisea americana: el guaraní y el tupi. Dotado además de un gran sentido del deber hacia la Armada y España, se encargó de cartografiar y realizar estudios botánicos durante veinte largos años y que después, tras retornar a España por orden del Fernando VII, se encontró una España convulsa y desagradecida que le dio la espalda pese a todos sus sacrificios personales y esfuerzos, no solo con el mantenimiento de las colonias americanas tras el enfrentamiento entre la corona española y portuguesa, sino tras resistir en Cádiz la invasión francesa en la guerra de la independencia española.

La otra razón por la que “Las dos vidas del capitán” puede seguir resultando de interés es que la cuestión central de esa novela -el hundimiento de la fragata de guerra española habitualmente llamada Mercedes– sigue de actualidad a causa de la exposición organizada por el Museo Naval de Madrid a fin de dar a conocer los lances -en ocasiones casi novelescos- habidos entre el gobierno de España y la empresa cazatesoros Odyssey para recuperar el tesoro de la Nuestra Señora de las Mercedes expoliado en abril de 2007 por esa empresa estadounidense en aguas del Algarve portugués. Con nocturnidad y alevosía, como indica la propia autora de “Las dos vidas del capitán”





Volviendo a la novela, tal y como indica el título, Las dos vidas del capitán, vamos a encontrarnos la narración dividida en dos grandes bloques temáticos. En el primero, seremos testigos de las vicisitudes de un joven alférez que llega al continente americano con el propósito de cartografiarlo por orden de Carlos III, en una maniobra de espíritu ilustrado e índole política. En esos primeros treinta años de vida, que ocupan los diecinueve primeros capítulos de la novela, veremos cómo desarrolló su labor de cartógrafo y botánico, sus amores de juventud, su matrimonio con María Josefa, el nacimiento de sus numerosos hijos y el regreso a España como capitán de la fragata Nuestra Señora de las Mercedes. Aquí es donde encontramos el punto de inflexión de la novela y donde empieza propiamente la segunda parte, con el hundimiento de Nuestra Señora de las Mercedes por parte de la flota inglesa, en un ataque malintencionado y traidor, sin provocación alguna, que tenía como objetivo hacerse con el tesoro que transportaban los españoles de vuelta a España y donde Diego de Alvear lo perdió todo, regresando a una España mal gobernada por un inepto Fernando VII y con la invasión francesa en ciernes.


Pese al argumento y la apasionante historia que se esconde en la sinopsis, no esperéis grandes batallas navales ni combates cuerpo a cuerpo. La narración que vamos a encontrar es casi ensayística, muy narrativa, sin apenas diálogos, muy lineal y sin apenas interacción con las emociones del lector. Es el único aspecto de la novela que no me ha convencido. Es posible que mi acercamiento previo fuera erróneo y esperara algo mucho más proactivo, con más acción, más belicismo y epicidad. Todo lo contrario. Estamos ante una novela pausada, muy bien escrita, de prosa preciosista e intimista que invita a la reflexión pero no a la acción. Es una novela para saborearla a sorbos y para descubrir a un personaje injustamente olvidado de la historia de España. Si esperáis saborear el olor de la pólvora, no es vuestra novela.





La edición del libro es más que correcta, con una encuadernación en tapa dura con sobrecubierta, a la que acompaña un epílogo sobre el litigio entre España y estos saqueadores de tumbas náuticas, y también, la inspiración de la autora en la biografía de Sabina de Alvear y Ward. ¡A los amantes de las novelas históricas marinas les va a encantar!

En definitiva, Las dos vidas del capitán rinde un merecido homenaje a un personaje injustamente olvidado, no solo por su relevancia en las colonias de ultramar si no en la defensa de Cádiz durante la Guerra de la Independencia Española. Un hombre de innegable honor y valor personal, Diego de Alvear y Ponce de León, que no debería quedar en las sombras de la Historia. ¡A leer, grumetes, con el espíritu de Espronceda como bandera! «Qué es mi barco mi tesoro, qué es mi Dios la libertad, mi ley, la fuerza y el viento, mi única patria, la mar».

La autora nos ofrece una obra narrada con un estilo cargado de emoción, que incluye cartas y notas originales que añaden aún más realismo a una trama ya de por sí apasionante y que se convierte en un reconocimiento al carácter heroico de su protagonista y a la labor de su hija Sabina de Alvear y Ward, gracias a cuyo esfuerzo y dedicación podemos tener un relato detallado de la vida de su padre y de la sociedad en la que se desenvolvió. De esta forma, la novela se convierte también en un retrato de una España convulsa y agitada, de la que podemos aprender importantes lecciones para aplicar en la actualidad.


En contra de lo que se ha ido haciendo habitual, Mari Pau Dominguez rompe, una vez más, con pautas manidas y nos revela que el destino histórico de España no es fruto de ninguna tragedia cósmica, de un destino funesto para ese país escrito en las estrellas para siempre, sino de unas circunstancias históricas determinadas que tienen que ver con el hecho de que en la Europa del momento hay un conglomerado de potencias -la llamada “Santa Alianza”- que se cree con derecho a intervenir en cualquier país en el que se manifestasen veleidades liberales, como es el caso de la España de 1820. Esa afirmación es sólo una breve línea en la página 336 de “Las dos vidas del capitán”, pero asimismo es una gran lección de Historia, muy necesaria en un país tan habitualmente acomplejado con su propio pasado, y que, por tanto, hay que agradecer a Mari Pau Domínguez.



Resumen

Con su habitual pulso literario, cargado de emoción y épica e inspirándose en el hecho real del hundimiento de la fragata española Nuestra Señora de las Mercedes, Mari Pau Domínguez narra la epopeya de Diego de Alvear, segundo comandante de las cuatro fragatas que, en octubre de 1804, emprendieron una travesía de regreso a España que acabaría por sepultar uno de los tesoros más valiosos y discutidos descubiertos en el fondo marino. La expedición partió rumbo a Cádiz con una valiosa carga en las bodegas y, con la esperanza y la ilusión de aquellos que vuelven por fin al hogar. Como era el caso de Diego de Alvear, un héroe desconocido, un hombre que sirvió a su país tanto en las peligrosas colonias de ultramar como en las calles tomadas por los enemigos franceses. Una historia de amor y redención que nos introduce en los recovecos de una España que aún disfrutaba de su papel colonizador, pero que a la vez sufría las presiones de reyes poco hábiles y el acoso constante de las tropas napoleónicas.


Fecha de publicación: 5 junio, 2014.
Editor: Grijalbo.
Géneros: Novela histórica, Ensayo.
Páginas: 384.
Valoración ***

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